20 mar 2010

Criminología: ADN bacterial para rastrear individuos



Escrito por Carlos Dan

Esa reina de ajedrez ya tiene la huella bacteriana de quien la tocó.

El estudio de las huellas dactilares o el rastreo de las moléculas de ADN son métodos clásicos en la tarea criminológica de rastrear individuos presentes en una escena de crimen. Ambos son métodos con altísima efectividad y reconocidos internacionalmente, y la investigación en dirección a perfeccionar sus técnicas ocurre a diario. De todos modos, no son los únicos caminos que permiten rastrear individuos.

Noah Fierer, investigador de la Universidad de Colorado en Boulder realiza análisis micriobiológicos de las bacterias que viven en nuestra piel, y plantea una posible técnica de reconocimiento individual que se basa en los restos de ADN bacteriano que dispersamos por ahí al entrar en contacto con los objetos.

“Nuestros cuerpos están cubiertos de bacterias -dice Fierer-… Dejamos este rastro de bacterias en todas partes a las que vamos, y la idea es utilizar este rastro para identificar quién tocó un determinado objeto o superficie”. Considerando que las comunidades de bacterias son únicas en cada individuo, se plantea la posibilidad de utilizarlas como método de reconocimiento individual.


Esta suerte de CSI bacteriano ya ha sido probado en tres teclados de ordenadores, y el análisis de las teclas permitió reconocer la presencia de las comunidades bacterianas de sus usuarios.

La técnica tiene obvias implicaciones en el terreno de la criminología, y puede utilizarse como complemento a las otras técnicas existentes. Por ejemplo, si una huella digital está difusa y poco clara, complementando su análisis con el estudio de ADN de las bacterias de la misma es posible rastrear al individuo que tocó la superficie en la que quedó depositada la huella.

Fuente: Ojocientifico

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